Hola
¡Iniciamos un nuevo mes! ¿Qué tal tu año? ¿Cómo estuvo para ti?
Para mi estuvo súper conectado con la vida dándole el lugar a mi intuición y a escuchar mi corazón.
Y justo de eso hoy vengo hablarte, de lo maravilloso que es escuchar al corazón, un ejercicio poco cultivado, ya que generalmente, tendemos a ser más mentales, racionales, lógicos, aunque no quiero decir que eso esté “mal”.
La idea es darle el lugar a nuestro corazón, como verás en él también existen neuronas y un “pequeño cerebro” llamado sistema nervioso intracardiaco, con una red de neurotransmisores, proteínas y células de apoyo.
El día que empecé a escuchar mi corazón, no sabía o por lo menos en ese momento no era consciente de que le estaba dando su lugar.
Lo anterior ocurrió en el año 2017, un año crítico para mí, pero cargado de muchos aprendizajes de los cuales hoy por hoy estoy haciendo lo me apasiona desde mi libre albedrío consciente y responsable.
Inicié ese año sin empleo, venía trabajando por proyectos de manera puntual, sin lograr conectar con lo que quería, así en ese momento no supiera qué quería, porque no lo sabía, pero sí sabía que lo que estaba viviendo no lo quería para mi vida.
Identificaba que me sentía irritable con la vida, como una sensación de desconexión y de enojo que efectivamente era conmigo misma, pero que en ese momento por mi nivel de consciencia lo proyectaba hacia fuera, asumiendo una posición de víctima en la que responsabilizaba a las empresas, al Estado y a la vida por encontrarme en la situación que estaba.
Pero como la vida es tan hermosa y ella te da no lo que deseas, sino lo que necesitas para aprender y evolucionar, pues precisamente necesitaba de dicha crisis para soltar, fluir y avanzar.
Finalizando enero del 2017 empecé a laborar en una IPS de salud mental, en ese momento inicié con dos días a la semana tres horas e iniciando el mes de febrero empecé a laborar en una institución con niños en situación de discapacidad auditiva, con tres días a la semana y pocas horas. Ya te podrás imaginar que económicamente solo alcanzaba para suplir los gastos fijos, sin quedarme literalmente para “la banana” como decimos coloquialmente.
Inicialmente tomé ambos empleos por la urgencia económica, pero jamás imaginé que me enseñaran tanto para mi evolución personal y profesional. En mis funciones que realizaba en la IPS me di cuenta que era el área de trabajo social que siempre había deseado trabajar y en la institución con los niños en situación de discapacidad, me di cuenta que vivimos en una sociedad con un nivel muy alto de exclusión, una cosa es verlo en las noticias, otra muy diferente es vivirlo, además del maravilloso clima laboral que existía, libre de competencia, arrogancia, prepotencia y lucha de egos por sobresalir en tus funciones, ahí abundaba el amor, la solidaridad, el compañerismo, la entrega sin expectativa al resultado y un liderazgo equitativo.
Para resumirte el cuento, cinco meses después de estar trabajando en estas dos instituciones, me resultó una propuesta laboral muy buena, donde me iban a pagar el triple de lo que me estaba ganando, así que eso era en ese momento como si me hubiera ganado la lotería.
Pero volví a sentir lo mismo que sentí cuando me encontraba trabajando en otras empresas, un sin sabor, como si el corazón se me arrugara, y justo ahí fue que escuché mi corazón, sin darme cuenta que le estaba dando su lugar.
¿y cómo lo escuché?
Simplemente sintiendo mi cuerpo, sintiendo la diferencia de mi estado emocional en el que me encontraba en ese momento, así económicamente estuviera un poco limitada, comparado a mi estado emocional de antes.
En ese momento me sentía libre, sentía que aportaba al mundo y a la sociedad desde mi talento, más que lo aprendido en cuanto a teorías y herramientas que había adquirido en la universidad, me sentía conectada con la vida porque tenía tiempo para mí, para crear, para gestionar, para aprender.
Había aprendido a soltar el control, a cambiar mi relación con el dinero, a recibir apoyo de mis amigos, familia y conocidos, porque anteriormente me encontraba más en la posición de dar que de recibir, y es todo un acto de humildad y sabiduría aprender a recibir y sobre todo a saber que la esencia de la vida no estaba afuera como nos la han enseñado, sino adentro de nosotros.
Aprendí a movilizarme en la creación de mi propio negocio, por lo menos a pensar en que quería tener mi propio negocio y justo en ese tiempo nació mi logo IO construido en compañía de un amigo diseñador
En ese momento dejé mi posición de víctima, de estar culpando a todo el mundo de mis desgracias y asumí una posición de responsabilidad conmigo misma y con la vida, de entender que sin acción no hay creación y de que requería de acompañamiento terapéutico que me ayudaran a sanar mis heridas y a seguir creciendo desde el amor.
Rechacé la millonaria oferta y dos meses después en ambas instituciones me aumentaron las horas laborales e inicié a realizar talleres con jóvenes en una fundación sobre proyecto de vida, sexualidad y autoestima.
Y gracias a seguir escuchando a mi corazón, hoy por hoy he creado mi propio negocio, pues a inicios del año 2020 en la institución donde trabajaba con niños en situación de discapacidad hubo una re estructura en el programa, lo que requerían de una sola trabajadora social y pues como era la más nueva efectivamente prescindieron de mis servicios, pero como ya había aprendido en el año 2017 que lo importante está en la esencia, en mi interior y en la acción, justo ahí nace IOHOLISTIC, solo que de manera pausada y sin foco. Llegó la pandemia y momento perfecto para escuchar más fuerte a mi corazón a través de mi autoconocimiento, sanación y acompañamiento de personas para fortalecer mi idea de contribuir a un mundo más empático, solidario y amoroso acompañando a los demás en la transformación de sus realidades, por realidades creadoras, conscientes y amorosas en donde también le apuesten a la construcción de un mundo incluyente, empático, solidario y armonioso.
Cuéntame José, ¿has escuchado a tu corazón?
Si no lo has hecho, te invito a que lo hagas, baja la mente y conecta más con tu intuición, esa nunca falla
Sabes que me gusta leerte en los comentarios, estoy para acompañarte
Con amor
IOHOLISTIC
Isabel Otálvaro