“ESTOY AQUÍ POR GUARDAR TANTO”

Hola,

Hoy vengo hablarte un poco sobre las emociones, todas tan importantes y aunque cada una tiene un propósito diferente, lo cierto es que todas vienen a decirnos que necesitan ser escuchadas y aceptadas para así mismo ser liberadas de nuestro cuerpo y mente.

Si bloqueo o reprimo la emoción, esta es representada a través de dolores estomacales (gastritis, problemas de colon) dolores musculares, dolor de espalda, cuello, brazos, rodillas, ansiedad, angustia y depresión.

Así lo corroboro cuando estoy en espacio de conexión y escucha con las personas que acompaño en sus procesos de autoconocimiento, sanación, depresión y ansiedad al expresarme “estoy aquí por guardar tanto” “esto me sucedió por guardar” “tenía un tacoooo que exploté mal” “reaccioné así, pegándole a todos por guardar” y lo más particular es que todas las personas cuando me refieren “guardar” se tocan el corazón, ¿curioso no?

¿Y Guardar qué? 

Pues las emociones como la rabia, tristeza y miedo, ya que generalmente nos enseñaron a no permitirnos sentirlas, sino guardarlas, reprimirlas, suprimirlas, bien escuchábamos frases en nuestra infancia, incluso hoy en día como: “¿ya va a llorar?” “¡usted todo lo soluciona con llanto!” “¿y por qué te vas a enojar?” “usted vive con mal genio a toda hora” Y otras frases más que nos invitan a callar, guardar, como si sentirlas fuera “malo”, cuando en realidad ellas están ahí para ayudarnos. 

Por ello es importante darles el lugar, especialmente la ira, el miedo y la tristeza porque son las emociones que más nos enseñaron a “guardar”.

En otro momento te cuento sobre el propósito de estas emociones.

Para liberarlas es importante tener un espacio en nuestro día a día de expresión de sentimientos y emociones, puede ser una hora o más, un espacio físico de conexión contigo misma o contigo mismo, si es necesario ubica un cartel que diga espacio de expresión de emociones para que los demás miembros de tu familia o personas con las que convivas sepan que ese es tu momento y deben de respetártelo, igualmente, permítele esos espacios a tu familia.

 En un primer momento reconoce y acepta qué emoción estás sintiendo y lo puedes hacer a través de tu cuerpo, ¿cómo está mi cuerpo? ¿en qué parte de mi cuerpo tengo dolor?, permítete observarla, identificarla sin juicio, sin etiqueta, sin autosaboteo, simplemente fluye con ella para luego tomar conciencia de tu patrón reactivo ¿me estoy sintiendo juzgada o juzgado? ¿Me estoy sintiendo rechazada o rechazado? ¿abandonado o abandonada?, para finalmente reconocer su mensaje y aprendizaje para nuestra evolución personal. Puedes escribir qué emoción predominó en tu día para así mismo aprender a gestionarla asertivamente.

En mi caso me permito sentir la emoción durante el día, luego escribo para liberar, muevo el cuerpo para que no se queden encapsuladas en mis músculos y posteriormente recojo el aprendizaje asumiendo mi responsabilidad en el asunto lo que me ha permitido reconocer mis heridas para así mismo trabajarlas. 

Recuerda que el autoconocimiento es el camino de autosanación y potencialización de nosotros mismos.

Y tú, ¿Te permites tener tu espacio de expresar y liberar tus emociones? ¿permites que demás miembros de tu familia o personas con las que convivas lo hagan? ¿guardas o liberas la emoción?

Te invito a que te tomes un cafecito con tus emociones es mucho lo que vas aprender de ellas! 

Las emociones son indicadores de lo que es importante para nosotros porque esconden la semilla de transformación. 

Recuerda que siempre me gusta leerte y siempre respondo así que puedes responder con tus comentarios a este correo, estoy aquí para acompañarte.

Con amor

IOHOLISTIC

Isabel Otálvaro.

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